AUTOR: Boris Akunin (1998).
PAÍS: Georgia.
TRADUCCIÓN: Rafael Cañete Fuillerat.
EDITORIAL: Salamandra. (2002).
RESEÑA:
París, marzo de 1878. Tras la aparición de una serie de cadáveres en la villa de lord Littleby, un coleccionista de arte indio, se hace cargo del caso el comisario Gauche, viejo sabueso de la policía francesa. Las pistas lo conducen hasta el Leviatán, un lujoso transatlántico que realiza la ruta entre Southampton y Calcuta. A medio camino, en Port Said, se une al pasaje un apuesto, culto y sagaz diplomático ruso llamado Erast Fandorin, que viaja a Japón en misión profesional. Ante su presencia en uno de los salones del buque, donde Gauche reúne todos los días a un grupo de confiados pasajeros entre los que se encuentra el asesino, las mujeres caen rendidas a sus pies y los hombres recelan. Poco después, cuando todos empiezan a sospechar de todos y el ambiente se enrarece, un nuevo crimen pone a prueba la sapiencia y astucia del experto comisario, que deberá discernir si la impresionante intuición del joven ruso es digna de su confianza o si, por el contrario, es preferible atenerse a sus propias lucubraciones.
Después de la conspiración internacional de El ángel caído y el espionaje bélico de Gambito turco, Boris Akunin cambia nuevamente de registro con una novela de intriga en el mejor estilo de Agatha Christie. La riqueza de situaciones y personajes, inmersos en una trama apasionante, el tono de tragicomedia erudita y, sobre todo, la enigmática y compleja personalidad de Fandorin, que se va desvelando libro a libro, seducirán al lector desde las primeras páginas. Con esta tercera obra de la serie, Boris Akunin vuelve a demostrar su inteligencia y versatilidad a la hora de transformar un refinado juego literario en una atractiva lectura al alcance de todos.OPINIÓN: Entretenida.
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