TÍTULO ORIGINAL: Chaleur du sang.
AUTOR: Irène Némirovsky.
PAÍS: Francia.
EDITORIAL: Salamandra (2007)
TRADUCCIÓN: José Antonio Soriano Marco.
TRADUCCIÓN: José Antonio Soriano Marco.
RESEÑA: Todo ocurre en una tranquila villa de provincias francesa, a principios de los años treinta. Silvio, el narrador, ha dilapidado su fortuna recorriendo mundo. A los sesenta años, sin mujer ni hijos, sólo le queda esperar la muerte mientras se dedica a observar la comedia humana en este rincón de Francia donde, aparentemente, nunca sucede nada. Un día, sin embargo, una muerte trágica quiebra la placidez de esa sociedad cerrada y hierática. A partir de allí, emergen uno tras otro los secretos del pasado, hechos ocultados cuidadosamente que demuestran cómo la pasión juvenil, ese ardor de la sangre, puede trastornar el curso de la vida. Como en el juego de las cajas chinas, las confesiones se suceden hasta llegar a una última y perturbadora revelación.Con un tono intenso y sosegado, Némirovsky utiliza el espejo sereno y frío de la edad madura para reflejar el impulso fogoso y los excesos de la juventud, en agudo contraste con el sofocante ambiente provinciano de sobreentendidos, sospechas y silencios que la autora describe con esa particular mezcla de lucidez y compasión que caracteriza su obra.
BIOGRAFÍA: Irène Némirovsky nació en 1903 en Kiev en el seno de una familia judía. Su vida estuvo marcada por un destino trágico. Hija de un banquero moscovita, huyó de Rusia junto con su familia apenas ocurrida la Revolución. Tras varias peripecias en Finlandia y en Suecia, los Némirovsky se instalaron en París. Desde entonces hasta el final de su vida publicó una decena de novelas y una biografía novelada sobre la vida de Antón Chéjov. En 1942 fue detenida en Saône-et-Loire adonde se había refugiado y deportada al campo de concentración de Auschwitz donde murió poco después.
OPINIÓN: Intimista y conmovedora.
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