miércoles, 7 de mayo de 2008

LOS DIARIOS DE UNA NÓMADA APASIONADA

TÍTULO ORIGINAL: Mes Journaliers(1904)

AUTOR: Isabelle Eberhardt.
PAÍS: Suiza.
EDITORIAL: Planeta (2008)
TRADUCCIÓN: Adolfo García Ortega.

RESEÑA: Estos diarios de Isabelle Eberhardt, escritora suiza convertida al islamismo, que dedicó gran parte de su vida a recorrer el norte de África bajo el nombre de Mahmoud Essadi dan testimonio de la vida de una mujer valiente y sensual, de una existencia marcada por la huida, el exilio y el viaje. Sus aventuras sexuales y su coqueteo con las drogas hicieron que Isabelle Eberhardt fuera amada por unos y odiada por otros, sin lograr el equilibrio que anhelaba para su corta vida llevada al límite. Las notas recogidas en estos diarios, que abarcan el período comprendido entre 1900 y 1904 –poco después Isabelle Eberhardt moriría sepultada por el barro durante la crecida de un río en Ain-Sefra–, nos descubren a una mujer capaz de penetrar sin miedo en su propia biografía, de revelarnos la existencia mágica de la que fue, simultáneamente, protagonista y víctima.


BIBLIOGRAFÍA: Isabelle Eberhardt (1877-1904) nació en Suiza, hija ilegítima de una dama de origen alemán casada con un general ruso, y de un pope convertido al credo anarquista y amigo de Mijail Bakunin. Fue una figura aureolada por sus actitudes rebeldes, su turbulenta vida sentimental, su integración en las sociedades indígenas magrebíes y por el carácter trágico de sus pasiones, que afrontó hasta las últimas consecuencias. Sus innumerables experiencias fueron la base real de sus obras, que retrataron con precisión la vida de las tribus norteafricanas y que se publicaron con éxito después de su muerte. De entre ellas debemos destacar País de arena: relatos argelinos y Yasmina y otras narraciones.


OPINIÓN: Relatos coloristas y sensuales de una mujer vitalista y, por encima de todo, libre. Se respira pasión, fatalismo, amor, ternura, ilusión.


[…] Nunca nadie ha vivido tan al día ni tan azarosamente como yo, y han sido los mismos acontecimientos, su inexorable cadena, los que me han llevado a donde estoy ahora, no los he creado yo.
Tal vez toda la extravagancia de mi personalidad se resuma en esta acusada característic: busco al precio que sea sucesos nuevos, huyo de la pasividad y de la falta de movimiento. […]
Ahora me doy cuenta para no equivocarme nunca más, que todo ese encanto que atribuímos a determinadas regiones de la Tierra aólo es una añoranza y una ilusión; mientras la naturaleza que nos rodea responda a nuestro estado anímico, creemos descubrir un esplendor, una belleza especiales… Pero cuando nuestra alma efímera cambia, toda esa naturaleza se viene abajo y se desvanece. […]
El hombre generoso escribe a lápiz el mal que le han hecho, y el bien a tinta. […]
Y nómada seré el resto de mi vida, enamorada de los horizontes cambiantes, de las lejanías por explorar, porque todo viaje, aunque sea a las regiones más comunes, es una exploración. Nunca dos personas -¿existirán las excepciones?-ven el mismo paisaje ni la misma comarca de la misma manera, en el mismo día y a la misma hora. El universo se refleja en el espejo móvil de nuestras almas y, como ellas, su imagen cambia constantemente… Esta idea llevaría a pensar queel verdadero rostro del gran Universo es eternamente inasible… Ese rostro absoluto sería, en efecto, la cara de Dios.

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